La diferencia es que esto no se va a quitar
Santiago Muedano (2015)
Fotografía de serie "La diferencia es que esto no se va a quitar" de Santiago Muedano en Universidad Iberoamericana |
Por Isaac Correa
Esta pintura de Santiago Muedano se expuso en el marco de la exposición "Antropometrías: Diálogos entre el cuerpo y el arte" en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.
En primer lugar, esta serie de pinturas genera una sensación estética de desagrado, repulsión y hasta temor, dentro de la categoría estética de lo grotesco. Los colores verdosos y amarillentos sobre un fondo beige discontinuo, contrastados en momentos con otros colores más oscuros entre la gama de lo violeta y lo rojo, resultan agresivos para la vista del espectador. Tan agresivos como la representación misma de los hematomas en diferentes tiempos después de haber recibido un golpe.
En este sentido, Muedano recupera la capacidad artística del cuerpo humano, transformando lo perecedero de un golpe que eventualmente se desvanece en la piel, en algo perenne. Al mismo tiempo, requiere que el espectador traiga a un momento presente los recuerdos de golpes que ha experimentado o que ha visto en otras personas. Esta relación en el espectador entre la experiencia y el símbolo proairético de los golpes, que llevan a pensar en el círculo violento y generan un significado distinto para el agresor, en la víctima y en el espectador.
Aquí es importante recalcar que a pesar de la representación de los golpes a través de contrastes en los colores, los contornos y las texturas dentro de la misma pintura, demuestran la habilidad técnica del artista. Por otro lado, la multiplicidad de representaciones simultáneas, que a la vez son signos diversos que se unen en un mismo significado, sirve como excelente punto de partida para establecer el concepto y la denuncia del fenómeno de la violencia en diversas facetas. Siguiendo la tendencia artística contemporánea, se identifica la complementariedad entre el concepto y la práctica y entre la búsqueda de universalidad del artista y los diferentes significados particulares de los receptores.
Finalmente, resaltamos la recuperación de la corporalidad en su potencialidad expresiva y artística como una cualidad inherente de la obra, que aporta al discurso curatorial de la exposición, pero que es particularmente efectivo desde el punto de vista de la estética de la recepción.
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