jueves, 29 de octubre de 2015

Rojo puro, amarillo puro, azul puro; Alexander Rodchenko, 1921

Rojo puro, amarillo puro, azul puro

Alexander Rodchenko (1921)

Imagen de "Rojo puro, amarillo puro, azul puro" de Alexander Rodchenko (dominio público)
Por Isaac Correa

Alexánder Rodchenko, como muchos de los artistas de la vanguardia rusa, incursionó en diversos ámbitos que incluyeron el diseño publicitario, el diseño para portadas de libros, la escultura y la pintura. En este caso, la obra de "Rojo puro, amarillo puro, azul puro" es un tríptico de 1921 que se da en un momento interesante de reflexión y creación artística en torno a la teoría del color que influyó en gran medida en los estudios de la Bauhaus. 

En este sentido, el elemento artístico de la pintura es un medio para intentar extraer la esencia de los colores de los objetos. Su pureza, su unicidad, su ser por sí mismo y su objetividad en el mundo. Sin embargo, no debemos reducir esta búsqueda por la objetividad en el color a pensar en una experiencia única para todos los consumidores de la obra. Al contrario, considero que uno de los principales elementos estéticos de la misma obra es exacerbar la potencialidad del color para lograr la experiencia sensible en el ser humano desde su subjetividad y su particularidad vital. 

Además, esta experiencia visual en la búsqueda de la pureza de los colores, pretende encontrar el origen de nuestra capacidad sensitiva visual. En este sentido, cobra una mayor relevancia ya que no sólo implica una cuestión decorativa, sino implica entender el punto de partida para nuestra imaginación y concepción del mundo. Esto, a su vez, determina en gran medida la forma en la que visualizamos y planteamos las posibilidades de conformar nuestros espacios. 

Es una intrépida búsqueda por lo absoluto, y en cierto sentido, por lo unívoco, lo universal, el sentido y el significado originario de los elementos que constituyen al mundo. Cabe también destacar que en la experiencia del espectador, partiendo de que los colores existen por medio de la luz, la museografía puede jugar un papel fundamental. En el caso de la forma de presentar la obra en Bellas Artes, además de brindarle un espacio central y hacer una referencia contextual al cuadro blanco sobre fondo blanco de Malevich, la luz obliga al color a trascender el marco y la delimitación del lienzo para mezclarse en los espacios intermedios del tríptico: genera nuevas potencialidades para la sensibilidad del espectador capaz de encontrar y percibirlo. 

La obra es exibida actualmente en el Museo del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, en la exposición "La Vanguardia Rusa" y podrá ser visitada hasta el 31 de enero de 2016. 

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